Mocitos

31.01.2013 11:06
Jesús Adán Villalón

 

Al terminar la jornada,

presuroso yo volvía, a recuperar

mi vida, que guardabas noche y

día.

 

Al llegar a tu ventana, al

poquito te veia, luego te hablaba

bajito: eres luz del alma mía.

 

Con temblor emocionado,

siempre esperaba yo un beso, tú

siempre lo retrasabas, y te

quiero más por eso.

 

Al silencio de la noche, nuestras

miradas sinceras, hacen brotar

de los labios, mil palabras

prisioneras.

 

Que se dicen muchas cosas,

para nosotros muy bellas, del

campo, flores, de niños, de

esperanzas y de estrellas.

 

Nos llega el viento lejano,

de alguna sierra bravia, con los

sutiles perfumes, que celosa

guarda al día.

 

Muy lejos una canción, se

abre camino a la luna, puede

ser canto de amor, o ser

arrullo de cuna.

 

Se oyen algunas palabras, el

murmullo de una fuente, por

el centro de la calle, pasea un

gato indiferente.

 

Las horas pasan volando,

desde dentro hay una voz:

vamos niña, ve a la cama y

dile al mocito adiós.

 

Te doy un beso furtivo,

guarda bien la vida mía.

Conmigo van caminando, la

tristeza y la alegría.