SEGUNDA PARTE: CÁCERES, PORTUGAL Y GUADALUPE.

02.06.2017 16:29

Llegamos a Cáceres, donde ya nos esperaba la comida, y después de distribuir las habitaciones, la guía nos informó que a continuación se iniciaría la visita guiada al Centro Histórico de Cáceres.

Hacía un calorcillo propio ya de verano y algunos prefirieron la siesta, aunque la mayoría se lanzó a la calle para iniciar el recorrido en la Plaza Mayor, el punto de encuentro por excelencia de los cacereños.

Nuestro punto de referencia para comenzar la visita fue la Torre de Bujaco , reconstruida por los almohades en el siglo XII tras la toma de la ciudad en 1173. Junto a la torre se encuentra la Ermita de la Paz (siglo XVIII) y el Arco de la Estrella, un original arco de estilo barroco, que nos dará acceso al recinto amurallado y nos conducirá hasta la Plaza de Santa María, donde visitamos la Iglesia-Concatedral de Santa María, que da nombre a la plaza, el Palacio de Carvajal, que fue erigido entre los siglos XV y XVI, el Palacio Episcopal, su parte más antigua data del siglo XIII y la más moderna del siglo XVII, el Palacio de Mayorazgo, la Casa de Hernando de Ovando, el Palacio de Diputación Provincial.

Un poco cansados volvemos de nuevo a la Plaza Mayor, donde descansamos las terrazas de los bares y restaurantes y donde se incorporaron los que habían optado por la siesta. Hay que indicar que el Hotel se encontraba muy cerca de la Plaza.

Por la noche, algunos aficionados al futbol aprovecharon para ver el partido del Real Madrid con el Celta de Vigo, mientras tomaban una copa en una cafetería cercana.

Al día siguiente, hubo que madrugar, porque nos esperaba un autocar para llevarnos a Cedillo desde donde hicimos un pequeño crucero por el río Tajo, hasta llegar a Castelo Branco, donde comimos en un restaurante y donde no podía faltar el bacalao. Después de una visita a la Ciudad volvimos a Cáceres.

 

Al día siguiente el destino era el Monasterio de Guadalupe, donde hicimos una visita guiada, nos hicimos la fotografía de grupo, en la que no faltó un pequeño susto a causa de un inoportuno tropezón, comimos en un mesón típico y retomamos el camino hacia Madrid, con la satisfacción de haber pasado tres días junto a los amigos que todos nos alegramos de volver a vernos. Como ese día había Feria de San Isidro, el autocar nos dejó en la Plaza de España.

Textos y Fotos: m. carrasco. m.